Prof. Francesco Sciarpa
“Dios no juega a los dados con el Universo”A. Einstein
Esa impactante frase la pronunció mientras dudaba de la Teoría de la Física Cuántica, de la que se discutía en 1927. Mucho se ha recorrido en la Física desde entonces, pero aun son muchas preguntas sin respuestas, ¿De qué está hecho el universo? ¿Qué fuerzas lo gobiernan, en medio del debate entre Ciencia y Fe?, amén de que Einstein mostró su “relativo” ateísmo de muchas maneras.
En esa secular búsqueda, en 1962, el físico Peter Higgs dio a conocer su Teoría del Bosón (Bosón de Higgs). Se trataba de la “pieza”, la partícula faltante, de lo que se ha llamado el Modelo Estándar en el medio científico: conjunto de reglas matemáticas que describen cómo interactúan las partículas elementales conocidas en el Universo. Se le dio en llamar la Partícula de Dios. ¿El Eslabón Perdido de la cadena evolutiva del hombre, según Darwin?
Hubo de esperar unos cincuenta años y, en julio de 2012, la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), desde su laboratorio de Suiza, anunció la observación de una nueva partícula “consistente con el Bosón de Higgs”. Todo un acontecimiento. Un año después se le concede a Higgs el Premio Nobel de Física. Mucho, muchísimo más es lo que aún se desconoce.
Siempre resulta conmovedor, inquietante, en este orden de ideas esbozadas sobre el Universo, evocar al astrónomo, astrofísico y cosmólogo, Carl Sagan (1934-1996) y su libro “Un punto azul pálido: Una visión del futuro humano en el espacio” (1994). “Ese punto azul pálido”, esa casi imperceptible partícula suspendida en el Universo es nada menos que la tierra vista desde el espacio, en una foto tomada por la sonda espacial Voyager 1, en 1994, a 6.000 millones de kilómetros de distancia. Miles de fotos más se han publicado desde entonces. Poco menos que espeluznante lo que muestran y dejan entrever esas fotos y los hallazgos de la Ciencia. La comunidad científica del mundo concuerda, como lo expone en múltiples entrevistas, el físico y catedrático español, José I. de la Torre. “Lo que sí tenemos claro muchos de nuestros colegas es que nuestro saber sigue siendo muy limitado. Se impone, más que nunca la Humildad”. Digo yo: Ojalá se extendiera por el mundo este poco menos que olvidado valor humano.
Ergo, si la tierra es una “imperceptible” partícula ¿qué somos nosotros, realmente?
¿Partículas de una partícula? Pues sí, realmente somos partículas. La Teoría Molecular de las Organizaciones (TMO), que ha desarrollado nuestro querido colega y amigo Sergy Morales lo sostiene y demuestra brillantemente. Se trata de un nuevo punto de vista sobre el fenómeno organizacional, que le permitió diseñar un eficaz modelo basado en el análisis comparativo del movimiento de partículas en el universo físico y el de las personas en las organizaciones. Pudo concluir, entonces, que “las organizaciones y el universo físico tienen movimientos, principios y factores comunes”, lo que lo llevó a la metáfora: “Las Organizaciones funcionan como una molécula”. Todo un compendio de conceptos y herramientas novedosas para Comprender, Controlar y Expandir las Organizaciones, como nunca antes se había logrado.
Amigos, ha nacido un nuevo modo de pensar: El Pensamiento Molecular.
El Profesor Sciarpa es Arquitecto egresado de la U.C.V. en 1974. Es especialista en Gerencia y Gestión técnica del medio urbano de la Universidad Tecnológica de Compiegne en Francia. Tiene diplomas de Especialidad en Descentralización y Desconcentración Administrativa y un Diploma de Especialidad en Desarrollo Sustentable y Gestión Estratégica del Turismo del Instituto Internacional de Administración Pública de Paris y la Universidad la Sorbone. Es Asesor y Consultor gerencial, docente universitario en pregrado y postgrado desde 1983, y diseñador e instructor de programas de charlas, cursos y talleres de actualización y mejoramiento profesional. Es conferencista a nivel nacional e internacional.
Artículo aprobado 31de agosto del 2020 por:
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División de investigación y desarrollo
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